jueves, 3 de junio de 2010

CRIATURAS ¿HUMANAS? ASEXUADAS

CRIATURAS


Mi suegro contaba un chiste, que más que chiste era el resultado de una profunda investigación sobre las relaciones sexuales en el Arca de Noé con una terminación en estrambote cómico.

Pues hete ahí que cuando Noé estaba seleccionando a las parejas de animales que habían de entrar en el Arca cayo en la cuenta de que al no saber el tiempo que estarían en ella tal vez sería peligroso que los animales se dedicaran a procrear y se produjera el primer overbooking de la historia con consecuencias posiblemente desastrosas tanto por el aumento de la población como por la disminución de alimentos.

Ante semejante dilema se le ocurrió retirar el órgano reproductor a los machos y devolvérselos cuando volvieran a tierra firme y para evitar equivocaciones en el retorno del miembro los iba numerando y dando el recibo correspondiente a cada animal.

Así pasaron los días navegando en el arca sin complicaciones hasta que se acabaron las lluvias y atracaron en tierra firme y se anunció que al siguiente día se procedería a la devolución de los órganos correspondientes y a la suelta. Todos los animales estaban muy contentos, pero entre ellos destacaba la alegría casi de ebriedad del mono, tanto que otro le preguntó por su desmedida euforia y el mono le respondió: ”¡le he cambiado el recibo al elefante!”.

Gracioso o no mi suegro disfrutaba contando el chiste y haciendo guiños a la ¿astucia? del mono.

Pero no es este el tema fundamental que me guía a escribir ya que sólo quiero usar el antecedente histórico para proponerle a las señoras ministras de sanidad e igual-da-d una solución definitiva para erradicar el feo vicio de llamar niñas y niños a los recién nacidos en los hospitales según sus incipientes atributos sexuales.

Primero deben de prohibir terminantemente bajo pena de operación de cambio de sexo las ecografías o cualquier otro método para determinar el sexo de animalito que aún no es humano que anida en el seno de la humana llamada a llamarse madre cuando se produzca el alumbramiento y posteriormente e inmediato al nacimiento proceder a la retirada incruenta de los atributos sexuales de acuerdo con las averiguaciones de un amigo de mi amigo Alberto D. L. que un día de dura investigación sobre la función del ombligo se le ocurrió introducir un destornillador (nunca me dijo si plano, de estrella, u otra forma) girarlo repetidas veces hacia la izquierda y con asombro vio que sus órganos de desplazaban bruscamente hacia el suelo (suerte que estaba en la bañera con agua).

Pues como iba diciendo se produce a la extracción por personal juramentado para no revelar nunca el sexo del humanito, que ahora se llamará criatura según las indicaciones de las citadas señoras (no se si se habrán dado cuenta que dicha palabra termina en a y eso, en castellano, implica genero femenino). Por supuesto estaría también prohibido parir o dar a luz en la calle, medios de transporte o cualquier otro lugar donde no hubiese personal juramentado para asistir al part@

Después de depositar el “órgano” en un recipiente convenientemente adecuado para su conservación y marcar a la criatura y al deposito de forma biunívoca e inconfundible se le entregará a los progenitores (¡perdón!, al progenitor y la progenitora o a la progenitora y al progenitor) el humanito en cuestión.

Cuando el humanito, quizás se le debería llamar humanit@ de forma a sexual se convierta en human@ se le entregará su cajita mágica para que ya pueda ejercer la labor sexual correspondiente (si no le gusta el órgano en cuestión podrá poner un anuncio en internet solicitando un cambio de sexo).

No la había pensado pero acabo de darme cuenta que este método acabaría con las costosas operaciones de cambio de sexo que paga la S.S. y a lo mejor que daría dinero para otras operaciones mas baratas y sencilla que no están incluidas en estos servicios tan “realmente” buenos que acaba de elogiar nuestro gobernante máximo conocido como el “rey de todos los españoles".

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